Cómo escoger el sillín de la Bicicleta de Ciclismo

El sillín, es uno de los elementos al que menos atención suelen prestar los ciclistas, sobre todo los más novatos. No obstante, esta parte de la bicicleta es importantísima, pues es la zona de la bici que sujeta nuestro peso, y es el causante de que estemos cómodos al montar en bici o al contrario, que la experiencia de montar en bici sea toda una pesadilla.

La mayoría de nosotros, nos solemos conformar con el sillín que viene con la bicicleta, sin tener en cuenta que es importante que esta pieza esté adaptada a nuestra morfología lo máximo posible y para ello debemos de tener en cuenta ciertas características.

Es importante que nos paremos a seleccionar bien el tipo de sillín que necesitamos y no nos conformemos con el que viene de serie o esperemos a que se estropee para cambiarlo. Debemos de escoger el sillín que se adapte a nuestro sexo, morfología, práctica ciclista y manera de pedalear.

Recuerda que tu material de ciclismo tiene que adaptarse a ti, no tú a él.

En el mercado podemos encontrar miles de modelos de sillines, y puede ser realmente abrumador escoger uno. Por ello hemos decido escribir esta breve guía para orientar un poco sobre las características más importantes a la hora de escogerlo.

Pasos para escoger el sillín

1. El ancho

Uno de los parámetros más importantes a la hora de escoger el sillín de la bici, es el ancho. Habitualmente, las marcas y modelos más vendidos tienen unas medidas de ancho entre 130 y 155mm para los hombres y entre 134 y 170mm para las mujeres.

Para calcular el ancho, la forma correcta y profesional de hacerlo es realizarnos un estudio biomecánico que nos ayude a conocer si padecemos alguna dismetría o rotación para de esa forma adaptar todos los diferentes elementos de la bici.

Hay una versión más rápida y “casera” de determinar esta medida. Se trata básicamente, que a la distancia entre ambas crestas llamadas “Tuberosidad Isquiática” o “Isquiones” hay que sumarle 2 cm para encontrar el ancho del sillín correcto.

¿Pero cómo saber la distancia entre las crestas?

Muy fácil, colocas una lámina cartón corrugado (del que se aplasta) en un taburete muy bajo o en una superficie que se encuentre a una altura lo suficientemente baja para que nuestras rodillas queden flexionadas al sentarnos. De hecho, debe estar a una altura inferior a la de un W.C.

Debes de ponerte el culotte que usas habitualmente y sentarte sobre el cartón durante un buen rato, hasta que se marquen los isquiones en el cartón.

Después debes de medir la distancia entre ellos de centro a centro de la marca. A esa medida, debes de sumarle 2 cm. El número resultante será la anchura adecuada para tu sillín.

2. La Longitud

El largo de un sillín, a diferencia que el ancho, no es una medida importante a tener en cuenta a la hora de escogerlo.

No obstante, es importante según la modalidad de ciclismo que se practique (carretera, montaña, triatlón, etc) pues la longitud sirve para disponer de más o menos movilidad hacia adelante o atrás y poder adecuar la posición y acomodarnos mejor.

De hecho, habrás visto sillines que no tienen “morro” pues bien, este modelo sirve para apoyar solo los isquiones, de forma que no se genere presión en los tejidos blandos posteriores. Es una opción que a muchos ciclistas les gusta.

Pero generalmente, podemos diferenciar dos tipos de sillín según la forma, que se llaman en forma de T y en forma de Pera.

El que tiene forma de T es bastante estrecho en el morro y sobre todo en la transición hacia la parte anterior. El sillín en forma de “Pera” posee una transición que está más escalonada.

Escoger entre uno y otro depende de los gustos personales. El sillín de pera ofrece una mayor facilidad de movimiento, pero el que tiene forma de T produce menos rozaduras en las piernas y mejor fijación trasera.

Los ciclistas que suelen llevar una posición fija suelen decantarse por el sillín en forma de T, mientras que los ciclistas que buscan mayor libertad de movimientos escogen el de forma de pera.

3. La Forma

Respecto a la forma, podemos encontrar sillín de forma cóncava, convexa y plana.

La forma del sillín la determina tus preferencias personales, pues lo mejor es que antes de comprar un sillín, te sientes en 3 modelos diferentes, uno cóncavo, uno convexo y uno más plano y que decidas cual te parece más cómodo.

Hay ciclistas que buscan el equilibrio que les aporta el hecho de que, en un sillín cóncavo tenga la zona central más pronunciada, mientras que otros se decantarán por un sillín convexo donde los lados “intensifiquen” la posición y el apoyo con los isquios.

4. ¿Sillín Antiprostático o normal?

Es común que los ciclistas varones se decanten por sillones antiprotáticos. Estos sillines se distinguen de los normales porque tienen una franja hueca en el centro que sirve para reducir la presión en la zona de la próstata, evitando el “adormecimiento” del perineo.

No obstante, estos sillines no son necesarios para todos los hombres. Hay un pequeño truco para determinar si es aconsejable que tengamos un sillín antiprostático.

Para ello:

  • Coge una silla o un asiento que no esté acolchado, que tenga la superficie lisa y firme.
  • Después, debes sentarte en ella con los codos apoyados en las rodillas sin doblar la espalda
  • Debes de permanecer en esa postura 5 minutos así.
  • Transcurrido ese tiempo, si has notado molestias en la entrepierna, lo recomendado es que uses un sillín antiprostático.
  • De lo contrario, si no has notado molestias, no necesitas un sillín antiprostático.

Esto no quiere decir que tengas prohibido utilizar uno, pero puede ocurrir que te molesten más las rozaduras que pueden causarte el hueco vacío de este tipo de sillines.

Otras características a tener en cuenta

Una vez que hemos escogido la anchura, la longitud y la forma, llega la hora de escoger el material. En ese sentido la opciones son infinitas y ya entra en juego el presupuesto. Los hay más avanzados, más resistentes y con mayor o menor peso. Ya sabemos que a menor peso mayor será el precio.

Respecto a si lo queremos con un acolchado más blanco o más duro, debes de evitar los puntos extremos. Un buen sillín es aquel cuyo acolchado es fino pero firme, pero sin llegar a ser duro. No te dejes seducir por el “gel”, los que tienen relleno a base de EVA tiene la consistencia y la comodidad óptimas.

Como conclusión te diremos que, a la hora de elegir un sillín de bici adecuado:

  • Debes de Medir tus “isquios”
  • Escoger la longitud según tu manera de montar
  • Decantarte por la curvatura según tu experiencia con otros sillines
  • Determinar si necesitas uno antiprotático o no
  • Escoger los materiales según tus necesidades o tu presupuesto

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