Con la llegada del buen tiempo, no hay nada mejor que sacar la bicis del garaje, quitarle el polvo y prepararla para la temporada de primavera y verano. El ciclismo es un deporte exigente y es fundamental que tu bicicleta esté a punto para cualquier ruta. En este artículo queremos mostrarte una serie de partes esenciales que tu bicicleta debe tener en perfecto estado para evitar posibles problemas cuando estés en carretera. ¿Quieres saber cómo preparar tu bicicleta para la temporada? ¡Te lo mostramos!
6 pasos para preparar tu bicicleta para una ruta
No cometas el error de pensar que puedes salir con tu bicicleta después de haberla tenido en el garaje durante gran parte del invierno. Sigue estos cinco pasos para asegurarte de que tu próxima salida vaya sobre ruedas:
Limpia la bici a fondo
El primer paso que tendrás que llevar a cabo es el de limpiar tu bicicleta a fondo para que reluzca en tu vuelta a la carretera. Elimina el polvo y la suciedad que se le puede haber ido acumulando con el paso del tiempo enjuagándola de arriba a abajo con una manguera de jardín o una máquina de lavado a presión.
Límpiala con agua tibia, un poco de jabón y un cepillo de cerdas suaves para llegar a cualquier parte de tu bicicleta, como los pedales, la cadena, los cambios, los piñones o el plato. Enjuágala de nuevo, sécala con un paño seco limpio y déjala durante unos minutos al aire libre para que vaya terminando de secar.
Vigila el estado de los neumáticos
Inspecciona los neumáticos y las llantas para comprobar si están dañadas. Si lo están, ya sabes lo que tienes que hacer. Asegúrate de que las ruedas giran suavemente de manera recta, no se balancean hacia los lados y no se enganchan en nada.
Infla los neumáticos
Revisa las llantas para ver si están desgastadas, deshilachadas, rajadas o agujereadas. Reemplazalas si ves algún daño notable. Una vez completadas las inspecciones visuales, comprueba el aire de los neumáticos apretándolos fuertemente con el dedo pulgar de la mano. Si notas que están demasiado blandos, tendrás que inflarlos. Utiliza una bomba y un medidor de neumáticos para inflarlos con la presión recomendada.
Prueba los frenos
Inspecciona el sistema de frenos y las pastillas de freno. Asegúrate de que los frenos te permiten disminuir la velocidad, tener el control y estar seguro encima de la bici. Las pastillas de freno deben golpear la llanta de la rueda al mismo tiempo para permitir un frenado fácil.
Comprueba el funcionamiento de los cambios
En los cambios se incluyen los pedales, los engranajes y la cadena. Repara y cambia los engranajes y las piezas desgastadas. Las cadenas se desgastan y deben ser reemplazadas de 2.000 a 3.000 kilómetros. Añade lubricante a la cadena para facilitar su movimiento y el cambio de marchas. Prueba los engranajes para asegurarte de que cambian fácilmente. Si no cambian de manera correcta, lleva tu bicicleta a un taller de reparación para que los reemplacen.
Echa un vistazo a los cables y al desviador para ver si hay roturas. Sustituye los cables que estén agrietados o dañados. Estos son conectores importantes para el sistema de frenos, por lo tanto, es necesario reemplazarlos por razones de seguridad.
Hazte con el equipamiento de ciclismo necesario
Olvídate de salir de ruta con lo primero que encuentres en el armario, hazte con ropa de ciclismo. Los maillots de ciclismo están preparados para evacuar el sudor y mantener una temperatura estable en tu cuerpo. Los culotes de ciclismo, por su parte, cuentan con una badana que permite ir sentado de manera cómoda encima del sillín.
Por este motivo, desde Bike55 te recomendamos que te hagas con un buen kit de ciclismo y dejes de lado la camiseta de “Churrería Miguel” y tus pantalones de chándal para otra ocasión.